Día de la Niñez: ¿celebramos mientras expulsamos a quienes más necesitan protección?
- MaríaBelén Bravo

- 20 nov
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Mientras Chile celebra el Día de la Niñez, cientos de niños y niñas migrantes son expulsados en procedimientos ilegales de reconducción. Urge un compromiso real: la infancia debe ser protegida, no castigada.
En el marco del Día de la Niñez en Chile, resulta alarmante la cifra entregada por Carabineros: 5.989 personas han sido reconducidas en lo que va de 2025, de las cuales un 41% son niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, no se entregó mayor contexto. ¿Viajaban en familia o en soledad? ¿Huían de situaciones graves? ¿Pudieron ser escuchados por alguna autoridad? Estas son preguntas urgentes que cualquier persona adulta debiera hacerse frente a una niñez en situación de alta vulnerabilidad.
La reconducción es una forma de expulsión inmediata aplicada por la policía, sin revisión previa de un tribunal ni autoridad administrativa. Se ejecuta sobre personas que evaden el control migratorio o usan documentos adulterados. El problema es que queda sujeta a la discrecionalidad policial, lo que puede derivar en decisiones erróneas, especialmente cuando se trata de niños, niñas o adolescentes.
Esto es clave: la reconducción no puede aplicarse a personas menores de edad ni a sus referentes familiares. Así lo establece la normativa chilena e internacional. El Pacto Mundial para la Migración, la Convención de los Derechos del Niño y diversos instrumentos interamericanos obligan a los Estados a proteger a la infancia sin discriminación y asegurar procesos adecuados de identificación y derivación. Especialmente en las fronteras.
Porque la niñez migrante no es una categoría homogénea.
Puede incluir a quienes viajaron con sus familias, en búsqueda de trabajo o educación; a niñas y niños que migran por motivos de protección internacional; a adolescentes no acompañados o separados; o a víctimas de trata. Todas estas situaciones requieren un enfoque de cuidado, no de castigo. Exponerlas a reconducciones aceleradas sin evaluar sus necesidades puede generar daños irreparables y constituye una violación de derechos.
En Chile, la Constitución, la Ley de Migración y su Política Nacional reconocen a la infancia migrante como sujeta de derechos, sin importar su nacionalidad ni situación migratoria. El Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) debe garantizar su protección, facilitar su regularización y asegurar que no sean expulsadas del país. La Resolución Exenta N° 39.798 del SERMIG es clara: la reconducción está expresamente prohibida respecto de niños, niñas y adolescentes y de sus acompañantes.
No hay excusas. La ley existe y debe cumplirse.
Lo que está ocurriendo en el norte del país refleja un grave retroceso. Si bien el control fronterizo es parte de las atribuciones del Estado, ese poder no puede ejercerse a costa de los derechos de la infancia. El Día de la Niñez no puede ser una postal sin compromiso. Proteger a la infancia es una obligación jurídica y ética. Y empieza por algo básico: no expulsar a quienes necesitan protección.